Ejercicios espirituales 2011

  • El fin de semana del 17, 18 y 19 de diciembre han tenido lugar en la casa de ejercicios de las Esclavas de Cristo Rey sita en la calle Arturo Soria de Madrid los Ejercicios Espirituales organizados por la parroquia de San Emilio y que han estado predicados por el padre Pablo Maldonado, así como por el diácono Fernando, además del padre Cruz y el diácono José Crespo, ambos pertenecientes a la parroquia del Espíritu Santo.
    Los ejercicios han reunido a más de veinte jóvenes de ambas parroquias y han supuesto una estupenda oportunidad para hacer un alto en el camino en estos días previos a la Navidad, fechas estás en las que nuestra ya de por sí ajetreada vida se acelera aún más si cabe, para poder atender a la multitud de compromisos y actividades que en estos días ocupan por completo todo nuestro tiempo. Han sido por tanto, especialmente importantes de cara a la preparación de uno de los momentos más importantes de la vida cristiana y que en muchas ocasiones es eclipsado por el resto de acontecimientos que tiene lugar en estos días.
    Los ejercicios comenzaron el viernes 17 a las 19:00 con una meditación introductoria y la celebración de la Eucaristía que dieron paso al comienzo de un clima de oración y silencio que ha favorecido el encuentro y el dialogo con Dios durante todo el fin de semana. A lo largo de todo el día del sábado y de la mañana del domingo se sucedieron las distintas meditaciones predicadas tanto por el padre Pablo Maldonado como por los diáconos Fernando y José y que tocaron temas transcendentales como el pecado, la misericordia, la salvación o la figura de la Virgen María, teniendo todas ellas como hilo conductor, la vida de Cristo. Tras cada meditación se iniciaba un tiempo de oración individual y de meditación de los textos propuestos que permitieron buscar ese encuentro personal con Dios y establecer ese dialogo que es la base fundamental de la vida espiritual. Todo ello en un marco como es el de la casa de ejercicios de las Esclavas de Cristo Rey que favorece en gran medida el recogimiento en todos y cada uno de sus rincones, como la capilla, las diferentes salas y un precioso jardín que fue además testigo del rosario que tuvo lugar el sábado por la tarde y donde también nos acompañó una de las hermanas que han estado tan pendientes de nosotros durante todo el fin de semana.
    El clima de silencio se mantuvo incluso durante las comidas donde se leyó por turnos la vida de Alexia, una joven madrileña fallecida en el año 1985 y cuya fortaleza interior y entrega a Dios incluso en las circunstancias más difíciles, han supuesto que desde el Vaticano se estudie su caso y que actualmente esté en proceso de beatificación. Con su vida, su inocencia y su increíble vitalidad, nos reímos, nos emocionamos y entendimos un poco más de eso que llamamos la Gracia de Dios.
    A pesar del silencio, siempre hubo ocasión para charlar y compartir las experiencias entre meditación y meditación con los compañeros de ejercicios, propiciándose de este modo la distensión en todo momento y el enriquecimiento personal a través de las experiencias ajenas.
    Finalmente, los ejercicios concluyeron el domingo 19 después de la celebración de la Eucarística, que puso fin al silencio y dio paso a la comida donde pudimos compartir, ya abiertamente entre risas y anécdotas, todo lo ocurrido en estos días de fuerte vivencia, concluyendo de este modo un estupendo fin de semana que ha significado cuando menos un reconfortante paréntesis en el ajetreo de la vida cotidiana. Cabe destacar además, que el ambiente vivido en estos días ha sido por encima de todo de fraternidad entre todos los jóvenes y especialmente con los sacerdotes y diáconos que nos han acompañado y que se han mostrado en todo momento cercanos y serviciales.
    Los ejercicios que vienen realizándose ya desde hace varios años desde la parroquia del Espíritu Santo y ahora desde San Emilio, se han constituido ya como un elemento fundamental en la vida cristiana de los jóvenes de ambas parroquias, como medio para mantener un dialogo más íntimo con Dios alejados del ajetreo del día a día que tantas veces nos impide acallar todo lo que nos rodea para poder así centrarnos en lo más importante, máxime en estas fechas tan señaladas en las que debemos prepararnos con alegría para acoger el nacimiento de Jesús.